domingo, 24 de enero de 2010

Es algo de adultos.

Juegos ardiendo, solo tu haces que vuelva a mi infancia allá, corriendo por los bosques entre los árboles, jugamos a la escondida, pero ya no es un juego de niños es algo mas privado, tiene un poco mas de picardía y solo se permiten adultos.


Matando al mundo.

Nubes agrietadas en el cielo, árboles sin hojas, el mar negro y la tierra gritaba de dolor, la gente reía con desden por su gran obra y destrucción

sábado, 23 de enero de 2010

En mis brazos te quiero.

En mis brazos te tenía, en mis sabanas te enredabas, conmigo siempre estabas. Lamentable que los sueños sean sueños y que no sean realidad, me gustaría que ese sueño se volviese a ser realidad que algún día te volviera a tener entre mis brazos, entre mis sabanas y conmigo para siempre, pero eso seria como pedirle a un ave que se cortara las alas para no volar, ya sé que Promiscuo es la palabra correcta para ti, amas a cada mujer que se te presenta, por supuesto que tiene que ser una linda, con buena facha y buen cuerpo, algo que quizas yo no tenga, o quizas tenga alguno, por algo estuviste conmigo, pero de seguro no cumplía con todos esos requisitos, pero si te ofrecí un corazón deseoso por amarte y recibir amor. Lo desechaste, quizás no supiste como decir que No, pero te aseguro que no fue la mejor manera como lo hiciste en su momento, me pediste perdón un millón de veces después de ver aquella escena, entre besos ahogados y caricias ardiendo en fuego te vi con aquella chica, apenas me viste te separaste de ella dijiste que no era lo que yo pensaba, que me querías, que era no pensara mal...y bla bla bla, no quería escuchar, quise gritarte una barbaridad de improperios no aptas para una señorita, pero estaba sumida en una oscuridad total, no escuchaba tus excusas sin fundamento, no veía, en realidad nadie hubiera querido seguir viendo a aquella chica con solo tu polera, no emitía sonido alguno, estaba en shock. No hallaba razones como para que me hubiese engañado, poco a poco mi mente fue procesando todo, mi boca comenzó a escupir palabras sin sentido, ninguna frase completa, pero la mayoría te insultaba, mis ojos se llenaron de gruesas y pesadas lágrimas, mis pies decidieron correr, y corrieron fuera de ese cuarto, fuera de esa casa, fuera de esa cuadra y corrieron un poco más allá, seguía llorando, ahora mi boca insultaba al mundo y al destino por hacerme sufrir de esa manera, me insultaba para mis adentros por haber caído en tu juego de seducción, por entregarte mi cuerpo, mis besos, mis caricias y mi amor. Me odiaba, lo odiaba, y odiaba a todos.
Por supuesto que lo dejé, no estaría con alguien que me engañara con cualquiera que se le presentara por delante, mi dignidad, o lo que quedaba de ella, me lo impedía, pero por otro lado gritaba por estar contigo a pesar de todo, como cualquier chica estúpida te esperaba en mi casa para que aparecieras y me dijeras que todo había sido producto de mi imaginación, que tonta, tonta y bien tonta fui.
Ya no te odio, han pasado algunos años, dicen que el tiempo cura todo incluso heridas profundas, no es cierto, por supuesto que intente suprimir el recuerdo, hasta el día de hoy trato de suprimir cada milésima de segundo de ese momento, pero se me hace difícil. Después de aquello dejaste algunos mensajes en mi teléfono que pedían disculpas, pero solo eso. Ya no te volví a ver, bueno en realidad si te vi algunas veces, pero hacia como que no eras tú y seguía mi camino.
No e encontrado a nadie como tú en la cama, ni nadie que me haga sentir que hiervo de placer, ni besos tan sabrosos como los tuyos, por supuesto que te e intentado olvidar con otros, aunque de poco sirve, porque te veo en cada uno de ellos y las lágrimas se vuelven a agolpar en mis ojos, aunque aprendí a controlarlas ya no busco a nadie, te espero.
Mañana iré en tu busca, quiero saber de ti, quiero saber si cambiaste, quiero saber si te puedo tener otra vez en mis brazos aunque sea por última vez.